Cómo encender la chimenea

La chimenea es una de las estrellas de la casa, es un verdadero lujo que cada vez es más difícil de encontrar en pisos. Además no te tienes que preocupar por su mantenimiento, la comunidad de vecinos se encarga.

Un consejo! No utilices pastillas (salvo que sean ecológicas), pero tampoco abuses de las piñas, con el tiempo su resina puede ocasionar daños a la chimenea.

Mi jardín: el Parque Natural de Guadarrama

Tengo la suerte de tener el Parque Natural de Guadarrama a tiro de piedra. Simplemente cruzar el puente romano de La Navata y ya estoy en plena naturaleza. Es una maravilla salir a correr, tomar el sol en un rincón secreto, irte a montar en bici, montar a caballo,... Caballos, ¡uf! menos mal que no se han cruzado con la serpiente con la que me he cruzado yo hoy.
Si es una preciosidad en invierno, no te quiero ni contar en primavera. ¡Esperemos que llueva!
Ah, por cierto, se trata de una culebra de escalera, del todo inofensiva ;)

Las distancias. A 12 minutos del cielo

Cuando empecé a buscar casa me puse 3 condiciones:
Una. Que estuviese ubicada en un lugar cercano a la naturaleza.
Dos. Que tuviese estación de tren cerca.
Tres. Que no me saliese por un ojo de la cara.

No tenía ni idea de la existencia de La Navata, pero al buscar esos parámetros di con esta preciosa pedanía de Galapagar. No solo cumple con los 3 requisitos, sino que además La Navata está pegada a la A-6 y tiene unas infraestructuras y servicios mejores que los de muchas zonas residenciales de zonas más caras.

Al venir a ver la zona me encuentro con Molino de La Navata, una urbanización de las que ya no se hacen, llena de jardines y parques frondosos y una gran piscina. ¿Cuál podía ser el único “pero”? Las distancias.

Analicé la situación. Primero tuve en cuenta lo que me dijo mi cuñado años atrás: “No te compres nunca una casa pensando en la distancia al trabajo. Nunca se sabe, puedes cambiar de trabajo cuando menos te lo esperas”. Vale, pero tampoco quiero pasarme la vida en el coche...

Con la estación de Renfe de La Navata a escasos 3 minutos andando desde la puerta de casa, ese problema está casi resuelto. Se tardan exactamente 33 minutos en llegar a Chamartín y a Príncipe Pío. Menos de lo que tarda la mayoría de la gente del extrarradio aunque vaya en tren, la inmensa mayoría tiene que coger el coche para ir a la estación.

Pero ¿y si trabajo en un lugar sin estación de tren ni metro cercano y tengo que ir en coche?... He vivido casi toda mi vida en Las Rozas y sé perfectamente que el atasco empieza en el km. 20 de la A-6, precisamente en Las Rozas. Hice la prueba, efectivamente hasta Las Rozas nunca hay atasco. Es decir, que el tiempo extra que me llevaría llegar al trabajo sería exactamente el tiempo que se tarda desde La Navata a Las Rozas, sin atascos. Lo cronometré y resultó que solo tardaba 12 minutos más. Y claro, si trabajas más cerca que de Las Rozas, este planteamiento ni te lo haces.

En cualquier caso, sí, merecen la pena 12 minutos más. A cambio vivo en plena naturaleza en una zona mucho más barata y con mejor calidad de vida.


Otros mundos: Marruecos Cap. 1

Marruecos es uno de esos destinos turísticos que horrorizan a unos y cautivan a otros. En mi caso, no solo me ha cautivado sino que he repetido, por ello parte de la decoración de mi casa tiene toques “morunos”. En un primer viaje hice una ruta clásica, pero no por eso menos impresionante: Marrakech – Ouarzazate – Merzouga (noche en desierto) – Marrakech – Essaouira – Marrakech.

La plaza de Yamaah el Fna de Marrakech hay que visitarla al menos una vez en la vida, solo es necesario tener la mente algo abierta para apreciar lo grandioso de sus gentes, porque lo impresionante de esa plaza es eso, su gente: los naranjeros, los encantadores de serpientes, los comerciantes, los cuentacuentos, los niños, los adultos escuchando atentamente a los cuentacuentos,...

Realmente me impresionaron. Se te olvidan dos bolsas en el suelo, en plena plaza, llenas de regalos, vuelves a la media hora, después de tomar unos pinchos morunos ¡y allí siguen las bolsas! Intentas volver al Riad en el que estás alojado, te pierdes por las callejuelas oscuras, dando vueltas sin saber dónde estás y con las amigas al borde de un ataque de nervios, y un par de chavales que -todo sea dicho- levantaban ciertas sospechas en un principio, no solo se ofrecen a guiarnos hasta el hospedaje, sino que además no nos aceptan la propina. Ese es el Marruecos que me cautivó. Su gente.

Por no hablar de las maravillas que esconden muchas de sus ciudades. Donde menos lo esperas, en una callejuela cualquiera, tras una pared encalada cualquiera, lugares de verdadero ensueño. Palacetes repletos de tallas en piedra y madera, forjas preciosas, telas de vivos colores, lámparas de Aladín, amables sonrisas. Puro “lujo marroquí” llamo yo a esto.

Dejando atrás el tumulto de la ciudad, dirección al desierto, te encuentras preso en las deficientes carreteras y pistas de tierra, el aire acondicionado de la furgoneta estropeado y con polvo hasta las orejas. Pero con la tranquilidad de haber contratado a un guía que sabe lo que hace y que se adapta a lo que le pides.

Haciendo escala llegamos a una Kasbah que habíamos localizado por internet cerca de Ouarzazate ¡Bendito TrypAdvisor! Que preciosidad de lugar. www.kasbahitran.com , una antigua fortaleza bereber ubicada en un cerro, en medio de un huerto. Aquí el lujo es de otro tipo, es el lujo de dormir bajo techos de adobe en colchones de lana. El lujo de cenar bajo las estrellas uno de los mejores tagines que he comido en mi vida. El lujo de desayunar en su terraza-jaima con vistas al huerto y al castillo en ruinas de Kelaa Mgouna. El lujo de una atención perfecta. Una experiencia solo superable por lo que nos esperaba más tarde y que os contaré en otro post.

Aquí tienes decoración comprada en Marruecos. Recuerda que si compras la casa, todo esto puede ser tuyo.
Jarrón del Atlas, sombrero de campesino, sillas bereber, farol de forja, mesa de té de bronce y alfombra 

Cena con muchos invitados - Parte III

Algunos dicen que la confianza da asco, y yo te digo... ¡ni hablar! ¡tira de tus amigos! Pueden llegar a ser grandes pinches de cocina "casi" por iniciativa propia.
Aquí verás cómo presentar una sencilla ensalada de aguacate, tomate raf y mozzarela y como sorprender a los comensales con unos huevos poché con butifarra de trufa, boletus y cama de cebolla. Y para acompañar los entrantes, una sangría de cava.
Siempre es mejor contar con una placa mixta vitrocerámica-gas como la mía para que no se te resista ninguna receta. Recuerda que si compras la casa, la placa es tuya.



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